INDICADOR POLITICO
Barrio fracasó; sólo cacería de brujas
Filtraciones en lugar de expedientes
Después de varios meses de investigaciones, el caso Pemex se le ha ido desmoronando al secretario de la Contraloría de la Federación, Francisco Barrio. Si todo estaba orientado hacia la campaña de Francisco Labastida, la indagación quedó sólo en procedimientos irregulares al interior de Pemex. Y los testigos estrella fueron convertidos en testigos protegidos porque se terminó el tiempo para el arraigo. O sea, nada.
Si una de las oficinas más importantes del gabinete de Fox era justamente la Contraloría, Barrio no ha podido con la revisión del expediente de corrupción del pasado priísta. Ya pasó un año de gobierno y resulta que el gobierno panista de alternancia no ha encontrado a ningún corrupto. Lo peor del caso es que no se trata de diluir la campaña contra la corrupción como parte de un pacto por la transición, sino de la incompetencia de la Contraloría para fincar responsabilidades.
Si al llegar el 2003 Barrio no tiene investigado, procesado y encarcelado a algún corrupto de alto nivel, el PRI va a sostener su campaña electoral por la renovación en el Congreso con el argumento de que el priísmo no fue corrupto como señaló la campaña de Fox. Los investigadores de Barrio tienen toda la libertad para perseguir corruptos pero no los encuentran. Y no es que no hubieran existido, sino que la corrupción priísta fue muy sofisticada. Se volvió a aplicar la queja de Luis Cabrera: "corruptos, no de tarugos".
El problema de Fox es de expectativas. Su campaña presidencial giró en torno a las denuncias de corrupción priístas compartidas por la mayoría de los mexicanos. Pero ya en el poder, Barrio no puede entregarle a Fox a ningún corrupto. Lo más grave es que Barrio ha litigado en los medios acusaciones severas de corrupción, pero sin procesamientos penales. Y por el nivel de resistencia de los priístas, los resultados de la estrategia de Barrio han sido contraproducente.
El caso Pemex tambaleó a priístas y puso a Francisco Labastida en la orilla del colapso. Pero la fecha fatal del 18 de marzo --celebración de la expropiación petrolera-- pasó y el líder sindical Carlos Romero Deschamps no sólo asistió al evento sino que le reclamó públicamente a Fox los procedimientos de la Contraloría. El efecto del caso Pemex después del 18 de marzo será políticamente menor. Y a la Contraloría se le enredó el expediente. Y de paso, convirtió al líder petrolero en una víctima política porque ni siquiera hubo --como era el estilo de Carlos Salinas-- la intención de provocar un relevo en el sindicato petrolero.
Otro ex funcionario priísta de la lista de Barrio era Carlos Salomón Cámara, ex vocero de Zedillo y después director de la Lotería Nacional. Hay expedientes y procesos y filtraciones de que Salomón acabará mal, pero es la hora en que oficialmente no pasa nada. Y para desgracia de Barrio y sus sabuesos dela Contraloría, hay más evidencias de corrupción en la Lotería durante el gobierno de Fox que las que se han probado de los gobiernos priístas.
El diputado Gustavo Carvajal fue otro de los afectados por las filtraciones de Barrio. A diferencia del silencio de Salomón y del discurso fuerte aunque ambiguo de Romero Deschamps, Carvajal simplemente politizó la acusación de la Contraloría y la llevó al pleno de la Cámara de Diputados. Experimentado político, Carvajal se asumió como víctima y con ello le sacó ventaja personal al conflicto para meterse en la lucha por la gubernatura de Veracruz.
Ya estallado el conflicto en el Congreso, Barrio necesitará más evidencias sólidas para procesar a Carvajal. Y la falta de malicia de Barrio dejó la impresión de que acusaba a Carvajal justo cuando el diputado priísta aumentaba sus críticas contra el canciller Jorge G. Castañeda. Carvajal dejó la impresión de que lo perseguían por su papel en la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara.
En los tres casos deslizados por Barrio en los medios de comunicación, los resultados han dejado exhibido al secretario de la Contraloría: los tres acusados han salido fortalecidos políticamente. Y el gobierno foxista ha dejado la impresión de que su discurso contra la corrupción no se ajustaba a la realidad porque es la hora en que no encuentra ningún corrupto.
El proceso de alternancia de Fox giró en torno a tres graves saldos del largo reinado priísta: la corrupción, la represión y la pobreza. El expediente de la represión ha entrado en la lógica de la burocracia judicial. Por tanto, la revisión del pasado de corrupción --con graves matanzas de ciudadanos que luchaban por la democracia-- dejó de tener expresiones políticas y quedó sólo en procedimientos judiciales. La demanda de revisión del pasado de represión tuvo en la sociedad orígenes políticos.
El gobierno de Fox abrió los expedientes de la matanza de Tlatelolco y la guerra sucia, pero los dejó atrapados en el esquema legal y judicial diseñado por el propio sistema político priísta de la impunidad. La verdad política está muy clara: los gobiernos priístas reprimieron sangrienta y extrajudicialmente a los disidentes para mantener al PRI en el poder. Probarlo con las leyes priístas será prácticamente imposible.
Lo mismo pasará con la lucha foxista contra la corrupción. Barrio le prometió a Fox una limpia con procesamiento de culpables, pero todo ha quedado en filtraciones periodísticas. Así, la lucha contra la corrupción de Barrio ha quedado en una simple cacería de brujas y en linchamientos mediáticos, pero con la circunstancia agravante de que los priístas revirtieron los ataques de Barrio y hoy se presentan como víctimas. Y Barrio le dejó a Fox mayores fricciones con grupos políticos priístas necesarios para acuerdos posteriores.
Barrio había fijado sus aspiraciones presidenciales para el 2006 en una severa lucha contra la corrupción. Pero los resultados concretos lo han dejado muy rezagado. Fox le dio todo el apoyo y el espacio a Barrio para perseguir corruptos, pero el secretario de la Contraloría no ha encontrado legalmente a ninguno. El saldo es contrastante: o la mayoría de mexicanos vivió la ilusión de una corrupción priísta inexistente o falló el fiscal anticorrupción de Fox. Y fox necesita un Contralor fuerte que ya no es Barrio.
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