Rueda del Poder
Ángel
Trinidad Ferreira
El Universal
Sábado 13 de octubre de 2001
Primera sección
Las investigaciones de fechorías
en el IPAB enardecen el clima
Propugnará Fox por que se revise la recién reformada ley
indígena.
El olor a azufre que Ernesto Zedillo
dejó cuando era presidente, por el golpe traidor de Fobaproa en
contra de los pobres y en favor de los ricos, por desgracia sigue
esparciéndose en el país.
Por lo que se vio, nadie supo cómo
pararle las aviesas manos a los actores de Fobaproa y ahora
parece que nadie acierta a cortarle las uñas a quienes manejan
el Instituto de Protección al Ahorro Bancario, el IPAB, engendro
del Fobaproa, los cuales se están llevando miles y miles de
millones de pesos, que al final el pueblo pagará, no faltaba más.
Por lo menos hay la esperanza de que se tomarán medidas urgentes y necesarias "para terminar con este lodazal", como lo dijo el senador perredista Jesús Ortega, luego de la escandalera que se ha armado, al descubrir la PGR que algo está podrido en el IPAB, según las informaciones publicadas en EL UNIVERSAL en los últimos días.
Esto está provocando malestar e iracundia entre los mexicanos, porque están escépticos, vistos los resultados en los casos de "El Divino" y Cabal Peniche, a quienes se acusó de muchas fechorías que no se les han podido comprobar, debido según los malosos a pifias, fallas y "olvidos" de algunos funcionarios de la PGR y de Hacienda del sexenio pasado, para evitar que saliera embarrado Ernesto Zedillo.
El caso es que la PGR agarró con las manos en la masa a dos funcionarios del IPAB y los envió al Ministerio Público. Se trata de Eugenio González, secretario adjunto jurídico, y León Alberto Schietekat Ballesteros, director de Inversiones Institucionales de Bancomext, y los tiene arraigados en una casa que fue del extinto jefe del cártel de Juárez, Amado Carrillo Fuentes, "El señor de los cielos".
Después de denuncias hechas hace más de cinco meses sobre la presunta corrupción en el IPAB, la Unidad Especializada en Delincuencia Organizada de la PGR, que encabeza José Luis Santiago Vasconcelos, montó un operativo, videograbó conversaciones, intervino teléfonos y detuvo a los dos responsables.
Se dice ahora que podrían ser nulificadas varias de las operaciones que recomendó Eugenio González Sierra, entre las que están: La venta de Bancrecer a Banorte, por mil 600 millones de pesos, cuando para el rescate de dicho banco se pagaron 103 mil millones de pesos por conducto del Fobaproa, que sacó el gobierno zedillista del erario público; subasta de 31 mil 600 créditos de Banca Cremi, Banco de Oriente y Banco Unión; recibimiento de 474 millones de pesos por la subasta de 258 créditos de Banco Santander Mexicano y aclaración de un supuesto desvío de 7 mil 500 millones de pesos en el saneamiento del Grupo Inverlat y Banca Serfín.
Además está la sospecha de que tanto González como Ballesteros realizaron operaciones de "lavado" de dinero, y de que algo raro ocurrió en la venta del hotel Las Hadas en Manzanillo, a una empresa tejana que lo revendió, dos meses después, y ganó más de dos millones de dólares, ya que por la compra, el 29 de marzo del 2000, pagó 16 millones 80 mil dólares y al revenderla obtuvo 17 millones 160 mil 000 dólares.
No hay que olvidar que también el Grupo Bursátil Mexicano, que dirige Alfonso de Garay, compró en 1992 el Banco del Atlántico al gobierno y 5 años después el Fobaproa intervino para sanear esa institución.
Hoy se sabe que las auditorías del Fobaproa descubrieron que durante los cinco años el Banco del Atlántico fue parte de ese grupo, se otorgaron créditos por 235 millones de dólares a sus propios accionistas y empresas relacionadas.
Habrá que determinar si esos millones de dólares pasaron al fondo del Fobaproa para que los pague el heroico contribuyente mexicano, o si los empresarios devolvieron algo o se declararon en quiebra, como lo hicieron muchísimos de los que recibieron el dinero como rescate o préstamo.
Ante los puntos oscuros descubiertos del IPAB, el presidente Fox, desde Praga, capital de la República Checa, dijo que "se debe ir a fondo en todos los casos en que se presuman irregularidades dentro del IPAB".
Subrayó que se debe castigar todo tipo de actos ilegales, para puntualizar que este mecanismo creado por el Congreso tendría que hacer "una limpia total".
Lo cierto es que el pueblo mexicano lleva muchísimos años de gritar a voz en cuello de que ya está harto de que no se castigue a los culpables de la corrupción, de que se aplauda el "borrón y cuenta nueva" y de que la autoridad sirva de tapadera a los pillastres.
En una ocasión, durante una comida que tuvo Vicente Fox, recién declarado presidente electo, con el grupo San Ángel Inn, señaló que combatiría la corrupción con mano firme, aunque reconoció que era difícil extirparla de cuajo por las redes de complicidad existentes, pero aseguró tajantemente que no toleraría la impunidad.
En realidad el Fobaproa y ahora su hijastro, el IPAB, han encendido los ánimos, porque hoy como ayer, a escondidas, se han cometido fraudes, latrocinios, irregularidades, y también a escondidas Ernesto Zedillo ordenó el rescate a banqueros y empresarios, ricos y ricotes en el Fobaproa, sacando del erario la fabulosa suma superior a 800 mil millones de pesos, que quedaron como deuda en la cuenta pública, sin que dicha acción hubiese sido aprobada antes por el Congreso de la Unión, como lo exige la Carta Magna.
En aquella época noviembre de 1998 escribí aquí que "el Fobaproa fue un pastel que hizo ilegalmente el gobierno de Ernesto Zedillo sin autorización de diputados y senadores que se comieron los ricos, y que ni siquiera dejaron que lo oliera el pueblo", y los contribuyentes tendremos que pagar ahora más de 100 mil millones de dólares, por los réditos, en los próximos 30 años.
Fue también en el 98 cuando Dolores Padierna, Andrés Manuel López Obrador, Martí Batres, Mario Saucedo y otros perredistas, no recordamos si fueron ellos o quizá otros perredistas que calificaron a Ernesto Zedillo como el presidente mexicano, peor del siglo XX, y lo compararon con Antonio López de Santa Anna por la perversidad y saña con que actuó contra el pueblo mexicano pobre, olvidándose de lo que un día dijo don Adolfo Ruiz Cortines: "Hay que defender a los pobres, los ricos se defienden solos".
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