
Opinión
Sergio
Olhovich
El Universal
Sábado 15 de noviembre de 2003
cultura
Por qué debe desaparecer el cine mexicano
Primero: De los casi 300 países que existen en el mundo,
México es el único que tiene frontera con Estados Unidos. Tres
mil largos kilómetros. Frontera cultural, idiomática, racial,
histórica, religiosa y geográfica. ¿Canadá? (con excepción
quizás de la provincia de Quebec) es una prolongación casi
idéntica de la Unión Americana.
Segundo: Los gobiernos neoliberales mexicanos de los últimos tres presidentes han gozado desde hace 11 años de un tratado de libre comercio (TLC) con Norteamérica, y eso les ha permitido justificar la privatización y venta, con bastante rapidez, al gran capital transnacional (que no reconoce fronteras) prácticamente de todo el país. Sólo falta, para acabar con la soberanía de la nación, entregar la energía eléctrica y el petróleo. Y también Tercero: Desaparecer y acabar con la cultura mexicana. Poco a poco lo van logrando: Mc Donald`s, el rock, granos, frutas y hortalizas transgénicas, Halloween, Santa Claus.
La televisión (canales gringos de a montón), el okey, el bye bye, y,y,y el cine.
Cuarto: Tenemos encima al cine norteamericano, que hoy ya invade 95% de las pantallas del país. Pantallas de propiedad norteamericana. Películas: Matrix, Terminator, y miles de comedias insulsas exaltando todas el valor universal más importante del mundo: el dinero, in god we trust. Por el dinero se justifican las invasiones, las guerras, las de Afganistán, de Irak y las de las galaxias. Money, money, money, money .
Quinto: El Olimpo es Hollywood y los artistas del cine hollywoodense: Julia Roberts, Robert Redford, Paul Newman, Cathy Zeta Jones, etc., etc., etc., y actores presidentes y presidenciables: Ronald Reagan, Arnold Shwarzenegger, ¡los dioses del Olimpo! ¡Mi reino por un autógrafo! Sexto: Pero en México, ¡que problema!, la piedra en el zapato: el cine mexicano. Qué lata.
Séptimo: Diálogo entre el "zar" del cine de USA, Mr. Jack Valenti (Motion Picture Asociation de America) con cualquiera de los tres últimos presidentes mexicanos en los Pinos: Jack: Pero Sr. Presidente, ¿para qué quieres un Imcine tan oneroso con tantos empleados?, mejor desaparécelo y te ahorras esa lana. Nuestras compañías Fox, Universal, Columbia y otras tienen toda la capacidad para planificar la producción del cine mexicano y filmar aquí, en inglés, porque ser el idioma universal del cine. Pero para México las podríamos doblar al español, para no ofender.
Presidente mexicano neoliberal en turno: Qué buena idea.
Jack: ¿Y para qué quieres los Estudios Churubusco que se encuentran subutilizados? véndelos, privatízalos, estar seguro que la Columbia, La Fox o Universal los compran en buen precio. Good business, right?
Presidente en turno: Qué buena idea.
Jack: Y, por favor, ¿para qué querer una escuela de cine como el CCC? Wasted money. Yo poder mandarte mexicanos patriotas que trabajan con nosotros, very talented, como Arau para dignificar la figura de Zapata, o Salmita para contar la verdad sobre Frida.
Y a Cuadron le podemos permitir filmar Harry Potter, ¿no te parecer maravilloso? Y otros más: Mandoki, Rodríguez o hasta Ricardo Montalbán is still available. ¿No te parece wonderfull ? ¿Para qué quieres una escuela de cine llena de muchachos mugrosos y revoltosos? Cerrarla y ya. Pobrecitos, estudian para luego no tener trabajo, y si llegan a filmar, filmar con tan poco dinero que resultan películas raras. No tener dónde exhibir (las salas son nuestras), no tener con quién distribuir (nuestras), fracasos económicos todas. Nosotros darles dinero, nosotros encauzarlos y todos contentos.
Presidente en turno: Qué buena idea.
Jack: Y yo te aseguro que eso poner a nuestro presidente también muy contento.
Presidente en turno: Qué buena idea.
Jack: A lo mejor eso permitir que los inmigrantes ilegales mexicanos trabajen de extras en nuestras películas, jobs para los sin trabajo.
Presidente en turno: Qué buena idea.
Jack: Y todos contentos.
Presidente en turno: Sí, qué buena idea.
Jack: Acabar con el problema del cine mexicano, acabar con el problema de los inmigrantes y todo el público y pueblo de México feliz. Ir al cine, comer palomitas, tomar Pepsi-cola. Y entonces ya no tendremos necesidad de reuniones bilaterales entre nuestros cineastas. Ahorrarnos los boletos de avión y ser una gran familia cinematográfica unida por el gran business y la taquilla, eso ser lo que cuenta, Negocios, negocios, negocios.
Presidente en turno: Le agradezco sus consejos Mr, Valenti, mañana mismo le doy instrucciones al secretario de Hacienda para que ponga estas ideas tan valiosas en práctica. En 15 minutos resolveremos el asunto y el cine mexicano ya no será problema.
Fin del diálogo.
Octavo: ¿Y la frontera de 3 mil kilómetros? Se borrará paulatinamente. Al fin que en Estados Unidos también hay sinfónicas, balet, pintura, y escultura. Arte para las minorías, las élites, los pirruris. Lo único preocupante es el cine mexicano, pero ya se entendió cómo transformarlo. ¡Ah! Faltan los libros, la literatura. Por eso es saludable gravarlos con impuestos para que menos gente pueda comprarlos y no tengan cómo leer esos libros raros. Mejor ver TV: Big Brother, La Oreja y tantas series gringas que nos enseñan la verdadera forma de ser y vivir, la American way de life .
Noveno: A medida que desaparezca la cultura mexicana, desaparecerá esa molesta frontera de 3 mil kilómetros.
Décimo: ¿Fácil, no? Podrían lograrlo. Si nos dejamos.
Noviembre, 2003
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